sábado, diciembre 20, 2008

Bella poesía


Intento ser positivo ante la repugnancia
que me produce este ser infecto mal cagado 

por Álvaro Torre


Me mola, como una gramola,
me chufla, como una pantufla,
me fijo, cual si fuera un botijo,
y me doy cuenta que no veo un pijo,
       
pero diviso entre las masas humanas,
una persona especialmente marrana,        
como quien vislumbra entre la espesura,
un repugnante trozo de basura,
   
me peta, como una croqueta,
esa peste digna de una repugnante mofeta,        
un olor nunca antes inhalado,
del que se sentiría asqueado
incluso el cerdo menos aseado.

Una cara como una pelota,
tan asquerosa que de solo verla potas,
cubierta por una capa de granos infectados
y pelos que nunca han sido afeitados,
rematada por una nariz porcina,
que es de todo menos fina,

y en la cúspide del craneo una apestosa mata de pelo grasiento,
con una repugnancia solo comparable a la del olor de su aliento.


Bajo la vista un poco,
y del horror casi me vuelvo loco,
nunca vi un ombligo tan peludo,
ni tanta celulitis en un solo culo,

lorzas de grasa caen a los lados de un tanga demasiado apretado,
del que sobresalen unas nalgas gordas y peludas, grotescamente rudas,        
no puedo creer que exista un ser tan repugnante en su conjunto,
que parece mas bien un puerco cejijunto.

Una criatura tan simiesca nunca antes por ojo humano contemplada,
una apestosa bestia a la existencia mal cagada,
una fealdad absoluta que ralla en el absurdo,
un ser aberrante tan imbecil como burdo,

una imagen horrible que yo ni en pesadillas imaginara,
es lo que esta cosa lleva a modo de cara,
un ser repugnante que hede en la distancia,
al que se le dirige la palabra tan sólo en ultima instancia,

un feto mutante mal abortado,
fruto de un óvulo de cerdo por un espermatozoide de rata fecundado,        
tan solo definible como asexuado,

A pesar de todo ello debo tratarlo con educación,
ya que es quien me califica cuando llega la evaluación,
este ente repugnante antes citado,
es mi profesor.


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